Para tener un mejor conocimiento de la discriminación hacia las personas LGBT, se debe reflexionar sobre los principales involucrados en la problemática. Nuestros grupos religiosos aún no están listos para afrontar esta realidad, ya que de alguna manera fomentan la discriminación hacia la comunidad LGBT. Lo demuestran casos como la de aquel niño que se suicidó por el bullying que sus compañeros de la misma iglesia y del mismo colegio católico le ocasionaron. También, nuestra sociedad fomenta diariamente aún más estos maltratos con sus fobias. Por ello, no permiten a los jóvenes de la comunidad LGBT a ejercer su carrera o a tener un buen trabajo solo por su distinta orientación de género o manera en la que se puedan vestir. Además, la sociedad vulnera los derechos fundamentales, como la integridad y la vida de las personas LGBT. Estos derechos deben ser poseídos por todo ser humano desde su concepción. Sin embargo, muchas personas por tener una apariencia o una orientación sexual distinta a la que se le atribuyó al nacer sufren agresiones sexuales y asesinatos sin motivo alguno, como el suceso actual de aquel padre que mató a su hijo solo por tener una distinta orientación sexual. Por ello, debemos empezar a tomar conciencia y ayudarnos mutuamente sin importar las diferencias, aceptándonos y aceptando nuestra variedad. Asimismo, el Estado tiene que brindar la seguridad de que los derechos fundamentales de la comunidad LGBT se cumplirán, el cual es respetar su diversidad. Más aún, el Ministerio de educación y el poder legislativo deben resaltar la vulnerabilidad de los derechos de estas personas para brindar soluciones y coberturas reales que protejan la integridad física y emocional de las personas que integran la comunidad LGBT. Tomemos en cuenta que aún tenemos la posibilidad de reafirmar la dignidad e igualdad en nuestro país.