Soy Sandra Garcia Neyra y tengo 18 años. Hace un año atrás, empecé a estudiar en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Desde pequeña, tuve un sueño, ser una gran traductora y escritora de libros en distintos idiomas. Por ello, elegí la carrera de Traducción e Interpretación Profesional. Así mismo, considero que nací con la serenidad, creatividad y perseverancia para realizarla. Desde los 12 años, he presenciado múltiples ataques verbales y físicos hacia personas con distinta orientación sexual en colegios, calles, hogares e iglesias, ya que un grupo de personas siempre esta atacando a uno solo, porque lo consideran distinto a ellos.  Me parece injusto, porque la violencia no debe ser aceptada en ninguno de los aspectos. Debemos recordar que siempre debe haber un respeto mutuo. Por consiguiente, quisiera dar a conocer con este boletín por qué se producen estas agresiones, las cuales pueden provocar la muerte de algún miembro de la comunidad LGTB. Este hecho puede provocar indignación hacia el resto de la sociedad, puesto que nadie puede ser privado de la vida de manera arbitraria y lo indica el artículo 4 de la convención americana sobre derechos humanos (Pacto de San José). Por otro lado, coincido con Ronald Gamarra, secretario Ejecutivo Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, en que debemos informar estadísticamente hechos reales e impactantes sobre actos violentos hacia jóvenes de distinta orientación sexual para que las personas puedan tomar conciencia sobre este gran problema en nuestro país